lunes, 19 de octubre de 2009

DANZAS Y MUSICAS FOLKLORICAS




CHACARERA


La chacarera es una danza y música populares de la provincia de Santiago del Estero, Argentina. Adoptadas como danzas nacionales, es tradicional en Argentina y en el sur de Bolivia.
La chacarera se ejecuta tradicionalmente con guitarra, bombo y violín, aunque modernamente se admiten formaciones instrumentales muy variadas. Puede haber chacareras cantadas —son tan tradicionales tanto las cantadas en español como en quichua santiagueño, y también hay versiones bilingües—, o sólo instrumentales.

Es bailada por parejas que danzan libremente (pero en grupo) con rondas y vueltas.
Rítmicamente, se entendía que era una danza en compás de 6/8, aunque modernamente hay quienes sostienen que es una danza birrítmica, con una melodía en 6/8 y una base en 3/4 —el músico y educador Juan Falú (1948) defiende esta postura—, mientras que otros —como los músicos y educadores Adolfo Ábalos (1914) e Hilda Herrera (1933)— sostienen que es una danza monorrítmica, en 3/4. Este particular juego rítmico de la chacarera (entre compases binarios y ternarios) es compartido por otras danzas folclóricas argentinas, como el gato, el palito, etc.

Zamba
La zamba —que no debe confundirse con el samba brasileño—, es un género musical bailable del folclore de Argentina, y de la zona de Tarija y Sandta Cruz, al este de Bolivia. Ha sido propuesta como danza nacional de la Argentina.
Cueca



La cueca es un baile de pareja suelta, en el que se representa el asedio amoroso de una mujer por un hombre. Los bailarines, que llevan un pañuelo en la mano derecha, trazan figuras circulares, con vueltas y medias vueltas, interrumpidas por diversos floreos. Es la danza nacional oficial de Chile[1] y bailada en el oeste de América del Sur, desde Bolivia, como danza típica, hasta Argentina y Colombia, teniendo distintas variedades según las regiones y las épocas.

Chamame

El chamamé es un género bailable de música folclórica argentina, correspondiente a la música litoraleña, en especial de la provincia de Corrientes y en la provincia de Misiones, región denominada Litoral argentino. La palabra chamamé proviene de la frase en idioma guaraní "ñe'ẽ mbo'e jeroky", que quiere decir "cantos danzas".

Se caracteriza por una disposición musical poli-rítmica en la que podemos diferenciar una estructura de apoyo (bajo-base) netamente en pie binario (3/4), mientras que la melodía, es decir el canto como los instrumentos de rasgueo, se sobreponen melódica y tonalmente con una indiscutible estructura ternaria (6/8).
La danza puede tener un ritmo alegre y animado, o, por el contrario, ser triste y alegórica

Carnavalito

Para la planta, véase Senna carnaval.
El carnavalito se bailó en
América desde antes del descubrimiento; ha perdurado y hoy sigue practicándose en Perú, la región oriental de Bolivia, la zona noroccidental de Argentina y el norte de Chile, pero con determinadas figuras de otras danzas incluidas por el paso del tiempo. En Argentina, se baila en el norte de Jujuy y centro de Salta.

La música se caracteriza por la ultilización de instrumentos como la quena y el bombo, dando origen al Huaino, música característica del carnavalito.
Copla

Este artículo trata sobre la copla como forma poética. Para otros usos de este término, véase Copla andaluza.


La copla es una forma poética que sirve de letra para canciones populares. Surgió en España, donde sigue siendo muy común, y está muy difundida en Latinoamérica. Su nombre proviene de la voz latina copula, "lazo", "unión".
Las coplas están compuestas generalmente por cuatro versos de arte menor, dispuestos en forma de
cuarteta de romance (8- 8a 8- 8a), de seguidilla (7- 5a 7- 5a) o de redondilla (8a 8b 8b 8a).

Por su estructura métrica y fórmulas características, la copla está muy cercana al romance, género poético popular por excelencia de la literatura española. Autores cultos, como el marqués de Santillana (Íñigo López de Mendoza), Rafael Alberti, Luis de Góngora, Antonio Machado o Federico García Lorca se han acercado a estas formas de poesía con gran respeto. A veces el tema lo tomaban de una canción, un suceso local o un romance escuchado en una taberna, y otras era el pueblo quien hacía suya la composición poética sin saber que tenía autor. Como escribe Manuel Machado,
Hasta que el pueblo las canta,
las coplas, coplas no son,
y cuando las canta el pueblo
ya nadie sabe el autor.
Tal es la gloria, Guillén,
de los que escriben cantares:
oír decir a la gente
que no los ha escrito nadie.
Procura tú que tus coplas
vayan al pueblo a parar,
aunque dejen de ser tuyas
para ser de los demás.
Que, al fundir el corazón
en el alma popular,
lo que se pierde de nombre
se gana de eternidad.

El lenguaje de las coplas es coloquial y directo, aunque se recurre a menudo al doble sentido para conseguir efectos cómicos, lascivos o escatológicos

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